martes, 11 de enero de 2011

¿EL ESPÍRITU SANTO Y LOS NIÑOS?

La promesa de Jesús fue enviar un Consolador, el Espíritu Santo.  Como ya sabemos esto fue prometido a los discípulos, pero es para nosotros hoy también.  Ahora,  quiero plantear un asunto que no se tiene en cuenta con frecuencia ¿Será que esta promesa es sólo para adultos? ¿Incluirá también a los niños?
En  los evangelios se registran varios relatos donde podemos tener evidencias de la relación que Jesús tenía con los niños. 
Jesús realizó muchos milagros algunos de ellos involucraron a niños, como por ejemplo la resurrección de la hija de Jairo (Mateo 9:18-26, Marcos 5:21-43, Lucas 8:40-56) o la curación de la hija de la mujer Sirofenicia. (Marcos 7: 24-30, Mateo 15:21-28).
El incidente donde Jesús bendice a los niños es quizá el que mejor ilustra su actitud hacia ellos: muestra que las bendiciones del reino de Dios son de libre acceso para todos, incluso los niños.  Aún los pone por encima al destacar su capacidad de recepción del amor de Dios. (Mateo 19:13-15, Marcos 10:13, Lucas 18:15-17)
El pasaje que registra la alabanza de los niños en el atrio del templo nos ofrece un cuadro aún más sugestivo.  Son los niños los que perciben el carácter mesiánico de Jesús en marcado contraste con la actitud incrédula de los líderes religiosos.  Jesús reconoce estas alabanzas y le asigna un carácter profético.  Citando el salmo 8:2 declara que Dios mismo colocó esa alabanza en los labios de los niños. (Mateo 21:11-17, en Marcos 11:12-18 y Lucas 19:45-48
La sencillez de corazón, la humildad,  la actitud receptiva y confiada de los niños son vistas por Jesús como características paradigmáticas de todo aquel que desee ser hijo de Dios: “de los tales es el reino de los cielos” (Mateo 18:1-5, Marcos 9:33-37, Lucas 9:46)
Pero ¿Qué del Espíritu Santo? ¿Podríamos afirmar lo mismo de la tercera persona de la divinidad respecto de los niños?  Me parece que el asunto es de interés. Nuestras iglesias están llenas de niños. Niños con necesidades emocionales, niños con intenso interés por aprender, niños en riesgo, todo tipo de niños.
En realidad no aparece una referencia bíblica específica que nos hable del Espíritu Santo y los niños; pero  si Jesús tuvo un intenso interés en ellos, podríamos decir lo mismo del Espíritu Santo, que es llamado el “Espíritu de Cristo” en    Romanos 8:9.  En Juan 14: 16 Jesús mismo lo llama  “otro Consolador” (“otro”, con relación a Jesús). 
Precisamente en esta línea de pensamiento,  Elena G. de White (1826-1915), una escritora muy respetada por  muchos cristianos, escribió lo siguiente respecto del papel del Espíritu Santo como Maestro de la verdad divina:
“Necesitamos reconocer al Espíritu Santo como nuestro iluminador.  Este Espíritu se deleita en dirigirse a los niños, y en descubrirles los tesoros y las bellezas de la Palabra.  Las promesas hechas por el gran Maestro cautivaran los sentidos y animarán el alma del niño con un poder espiritual divino.  Crecerá en la mente receptiva una familiaridad con las cosas divinas, que será una barricada contra las tentaciones del enemigo”
Todos de una manera u otra nos relacionamos con niños, y el consejo bíblico es darle una instrucción temprana en lo referente a la salvación  (Deut. 6:6,7). Ese es el motivo de esta reflexión.
El Espíritu Santo es el que puede vivificar el alma del niño, enterneciéndolo con el amor de Jesús y estimulando su mente y voluntad para crecer a la imagen de Cristo.
Si sos  padre, madre, maestro o maestra de Escuela Sabática o te gusta trabajar por los niños te animo a considerar la importancia vital del Espíritu Santo en el proceso de aprendizaje de las verdades de la Palabra y el desarrollo espiritual.
¿Sos consciente  de la presencia y el trabajo del Espíritu Santo en la vida de tus niños?

2 comentarios:

  1. Muy bueno el tema, muy original. La verdad, nunca se me hubiera ocurrido el tema del Espíritu Santo y los niños, ya que generalmente pensamos en Jesús y los niños. Felicitaciones, Dios te bendiga...

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  2. felicitaciones por el Blog Angie!! Me gustó mucho este tema y me remontó a Joel 2:28 y 29
    Un abrazo grande! Saludos a la familia. Lily

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